Memoria fragmentaria de una fantasía erótica
Es tuya la palabra, demiurgo, convócame a la cama
quítame la ropa con tu lengua,
maneja tus placeres como un poema
extiéndete sobre el asfalto caliente de las sábanas
deja que te toque en el rumbo de tu sexo
que husmee dentro de ti
con un olfato de diamantes
te huela animalesco y frívolo,
con una honestidad de muertos
te rasgue: guitarra sexual de arpegios filosos
ordena, demiurgo, lo que tú has pensado todo el día
palabras que sostienen la danza,
mudez que figura el deseo
pon en tu boca lo que te mueve
y reduce el mundo a una coreografía de tus instintos
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