Memoria de un remordimiento
A Eleonora Arenas
Aligérame la pausa, que me parto en extrañarte
tanto desamparo se vuelve giro, se vuelve auxilio
una palabra tuya basta,
con decirme “hola” me levantas
pero has preferido culparme por culpas que tengo
dejarme abandonado en mí
como una gota de mar en la lluvia
y te haces el amor sin mí en los cuerpos de otros
y te ves en otros espejos que están fuera de mi casa
y te vistes de otra forma que no es la desnudez
y corrompes la quietud del cementerio de mi sexo con tus recuerdos
vas, nalgas al aire, matándome por la boca
vas, vuelto suspiro, lanzándome
por el precipicio de la oreja
soy consciente del miedo a estrellar
mi saludo contra tu silencio
temblor de un fantasma
que no soporta arrastrar cadenas
frio de días menstruales, hoguera
que comienza en la mudez
las ganas de viajar al pasado no pasan jamás
cacofonía del error fatal,
repetición forzosa de una cicatriz
al contrario de lo que somos, estoy solo
de los contrarios guardo la esperanza verte feliz
los recuerdos son el espejo donde me desfiguro
pero allí veo tu sonrisa que adorna el abandono
la transparencia que superpone dicha y llanto
esa alegría tuya que te desusa la ropa
y que te pone a bailar al son de tus ojos cerrados
ese grito histérico del “ya basta”
que apaga los faroles de la fiesta
perdona miedo, perdóname la esperanza.
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